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jueves, 23 de julio de 2015

Prefacio y primer capítulo.

He esperado pacientemente unos días antes de reiniciar la publicación para que la gente se ubique un poco. Empezaremos desde el principio. Esta es una historia de crepúsculo con varios narradores. Principalmente Nessie y Jacob, manejados por María. Nahuel, manejado inicialmente por Judit y seguidamente por Maite Troncoso; (aunque puede que más adelante lo maneje yo vista la tardanza de la escritora en contestar); y Alec, al cual yo manejo. Procuraremos publicar con regularidad ya sea una vez cada quince días o cada mes. ¡Gracias por seguirnos! :D


Prefacio.


Sabía que durante mi corta infancia tendría que elegir, porque ellos me estaban esperando.



Capítulo 1




NESSIE: 




Volvíamos a casa después de la batalla con los Vulturis. Mamá me llevaba en brazos, estaba muy contenta. Jacob estaba con nosotras, en su forma de lobo, no dejaba de mirarme ¿Qué hacía para no darse contra un árbol? Era increíble. Le dije “hola” con la mano y él sonrió. Alice y Jasper estaban con Nahuel, le estaban contando algo que no podía oír. Rosalie y Emmett se besaban y papá estaba con el abuelo y con la abuela. También había gente a la que conocía de estos días, todos habían ayudado para salvarme. Me gustaba lo contentos que estaban todos y lo que habían hecho por mí.

Llegamos a nuestra gran casa, nuestros nuevos amigos no entraron, preferían irse a las suyas, así que nos quedamos solos, bueno, con Jacob y Nahuel.
Jacob era como mi hermano, nos lo pasábamos muy bien juntos, le quería mucho.

Mamá me dejó en el sofá con Jacob, al cual le dijo que me tenía que llevar a dormir. Hoy me iba a quedar a dormir en la casa grande, por todos los acontecimientos.


Jake, yo no estoy cansada” le dije poniendo mi mano en su mejilla, haciendo uso de mi peculiar don.

— Lo siento pequeña, mamá manda.—

Me cogió en brazos y me llevó arriba, pero antes me despedí de todos con la mano.

Cuando llegamos a arriba Jake se tumbó a mi lado para cantarme una nana, la verdad era que papá cantaba mejor. El acabó durmiéndose antes que yo, me hacía mucha gracia ver como roncaba, me puse a hacerle cosquillas, pero no debía de notarlas, al final, me quedé dormida.



Cuando me desperté Jake no estaba, pero papá ya estaba llegando, me había leído la mente.

¿Dónde está Jacob?” Pensé, no me hizo falta usar mi don.

—Está en La Push con los demás lobos.—Me Contestó.

Vale” Le dije más tranquila.

Me bajó por las escaleras y me dio de desayunar. Mi familia estaba abajo, se iban a ir a cazar.

Mamá me dio un abrazo y me dijo:

—Cariño, nos vamos a ir a cazar ¿Quieres quedarte con Nahuel?—

Está bien” Acepté, la verdad, no conocía a Nahuel, pero me había salvado, y además era como yo. A lo mejor me caía bien. Lo miré de refilón, era morenito, no como mis papis que eran tan blancos como la leche y tenía el pelo rizado y oscuro. Mamá me había dicho que venía de Chile, de una tribu.

—Hola Renesmee – me dijo él con voz dulce. —¿Quieres jugar?—

Asentí.

Mis papis se fueron con los demás, Nahuel y yo nos quedamos solos. Él trajo unos cubos de colores pero los rechacé porque ya no me gustaban. Quería un cuento. Y se lo hice saber.

¿Me lees un cuento?

—Claro ¿Cual quieres?—

Alicia en el País de las Maravillas

Era uno de los libros que más me gustaban, mamá me lo leía cuando era más pequeña, (hará unas semanas). Él lo sacó de la estantería y se sentó en el sofá. Yo me senté en el suelo pero él me levantó y me sentó encima de él. Empezó a leerme el cuento, leía despacito, para que le entendiera mejor. Acabé durmiéndome, sí lo sé hacía unas horas desde que me había levantado, pero Nahuel me daba tanta tranquilidad que me quedé dormida. Lo último que oí fue: “¡Que le corten la cabeza!”.


Mis sueños eran tranquilos, estaba en el bosque, jugando con una ardilla. Ella corría pero yo la alcanzaba, esta se subió a un árbol y ya no la vi más. Oí un ruido, y me revolví en el regazo de Nahuel. Noté sus brazos. Y otros que me sujetaban con fuerza, pero con cariño. Abrí los ojos y vi a Jacob ¿me estaba apartando de Nahuel? ¿Por qué? Volví a cerrarlos, y me sumí en otro sueño, esta vez en el desierto cálido.


Me desperté, no sabría decir si era pronto o tarde pero mi familia aún no había venido. Estaba con Jacob, el miraba a Nahuel, muy concentrado. Le di un toquecito con mi dedo y él me miró.

—Buenos días, Bella Durmiente ¡menuda siesta! – dijo con una sonrisa en la cara.

Me reí y él me miró dulcemente. Así nos quedamos un rato. Tenía los ojos negros, casi me podía reflejar en ellos. Eran muy bonitos.

—¿Dónde estabas esta mañana?— Le pregunté.

—Estaba con los lobos, en La Push.—

—¿Me llevarás un día allí?—

—Claro que sí. Además así podrás conocer a Claire, seguro que os hacéis amigas.—Aportó, cosa que me hacía ilusión y así se lo expresé.
Me encantaría

Yo siempre he querido ir a La Push, pero papá no me dejaba, porque según él es peligroso, mamá le ha intentado convencer muchas veces, pero no me ha dejado. Ahora ya soy más mayor, y quiero ir.


De pronto la puerta se abrió y aparecieron las tías Alice y Rosalie, venían con bolsas.

—¡Hola princesa! — Saludó Alice viniendo hacia mí, sabía lo que eso significaba. Me agarré más fuerte a Jacob y le puse la mano en la mejilla.

Jacob, ¡no quiero probarme más ropa!”Expresé, él me miró y se rió.

—¿Qué te ha dicho? – preguntó Rosalie.

—Que no quiere probarse ropa – le respondió Jake.

La tía Alice se puso triste y me dio pena, me solté de Jacob y fui hacia ella, le di un tirón en la falda para que se bajara e hice gala de mi don.

Tía Alice, es que todos los días me pruebo mucha ropa y me aburre

—Pero es que creces muy rápido, ¡además te he comprado unas cosas tan monas! – Explicó. Se le iluminaron los ojos y yo puse mala cara ya que el estilo de Alice era ¿Cómo decirlo? Muy Alice—Me ha ayudado Rosalie – eso me dio esperanzas.

Está bien, vamos a verla

Ella se levantó y dio unas palmaditas mientras saltaba, Jacob y Nahuel la miraban como si estuviera haciendo algo raro, al fin y al cabo, era Alice.

Empezó a sacar la tonelada de ropa que me había comprado y entonces llegaron papá y mamá con el tío Emmett y el tío Jasper. Al parecer ellos habían ido realmente de caza, no como Rosalie y Alice, que habían ido de compras.

—¿Alice, ya has ido de compras? – Le dijo Jasper dándole un beso, ella le sacó la lengua.

Mamá se acercó a mí y me dio un abrazo muy grande, con cuidado de no apretar mucho, porque era muy fuerte.

—Mira Bella, tu hija cree que eres fuerte – dijo papá, que había oído mis pensamientos. Ella me miró feliz.
—¿De verdad crees que soy fuerte? – me preguntó.
Asentí con la cabeza.

—¿Has visto Emmett? Ella cree que soy fuerte.—Exclamó como si presumiera. Él la ignoró, estaba picado con ella por ser más fuerte que él. Todos nos reímos, ante su respuesta.

Alice de repente paró de sacar la ropa de las bolsas. ¿Tenía una visión? Papá dejó de reír y me observó asustado, todos se preocuparon.

—¿Alice que has visto? – Preguntó mamá, inquieta.

—Aro quiere que Renesmee vaya a Volterra, para estar con Alec.—Contestó ella algo asustada. Todos me miraron ¿Quién es Alec?

—Malditos chupasangres – gritó Jacob y se llenó de temblores.

—¿Jacob? – Pregunté yo asustada. ¿Qué le pasaba? ¿Qué ocurría?¿Quién era ese Alec?

No respondió. Se fue de casa, en dirección al bosque.

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