Música

coments



lunes, 25 de abril de 2016

Décimo Capítulo (Jacob)

Siempre me retraso con la publicación, lo sé, pero al andar de capa caída este año y no avanzar nada en la edición se me olvida que debería como mínimo intentar publicar una vez al mes. Publicaré el siguiente, aunque a estas alturas dudo mucho que la historia le interese a nadie.



Capítulo 10

JACOB

Llegamos a La Push en una hora más o menos ya que yo no iba corriendo por miedo a que Nessie se cayera o algo parecido. Ya había oído a su padre, si le pasaba algo no me lo perdonaría, ni siquiera podría perdonarme a mí mismo.

Giré un poco la cabeza para ver a Nessie, se había quedado dormida, y no era de extrañar, se levantó muy pronto para la revisión y así poder venir a La Push. Sonreí, me encantaba la idea de Bella, un fin de semana, nosotros solos, era más de lo que podía esperar. Casi como un sueño.

Entramos en casa, y el, siempre presente, chirrido de las ruedas de la silla de mi padre me dió la bienvenida.

–Shhh, calla Nessie está dormida – Le avisé en voz baja, no quería despertarla. Él la observó, algo sorprendido, más no dijo nada y dejó que la llevara a mi cama para que durmiera un poco. Parecía una ratita en una cama tan grande, tan pequeña,...Era una monada, un angelito.

–¿Y eso? ¿Que hace Nessie aquí? – Me preguntó, extrañado, en cuanto cerré la puerta de la habitación.

–Se va a quedar aquí el fin de semana.–Expliqué, razón por la cual se inquietó y con razón, mi padre sabía tan bien como yo que haría falta un milagro para que Edward acepte dejar a Nessie en La Push, más estando tan pequeña.

–¿Hay problemas o algo por el estilo?– Hice una mueca, problemas era quedarse corto, el solo pensar en el vampirucho ese, Alec, cerca de Nessie, me enfurecía. ¿Por qué no podía hacerle nada?

–Si, ha venido uno de los Vulturis y no nos fiamos de él. –Expliqué a mi padre intentando estar sereno. –Ha prometido no molestar pero ella va a estar más segura aquí.–

–Pero hay que hacer refuerzos ¡Forks no se puede quedar desprotegida!–Mi padre casi entró en pánico, la última vez que se presentaron los Vulturis sus propósitos no eran nada amistosos, normal que desconfiara, yo también lo hacía.

–No, no vamos a atacar, le di mi palabra a Edward.–Aseguré, procurando frenarlo, nada me haría más alegre que patear a ese niñato vampiro, más Edward tenía razón, no podíamos hacer nada. Mi padre se calmó, aunque la sospecha seguía reluciendo en sus ojos oscuros, seguidamente me observó, algo sorprendido.

–Quien te ha visto y quién te ve, haciendo pactos con vampiros.–Bromeó con una sonrisa más relajada, me encogí de hombros. Tenía parte de razón, no hace mucho, antes del nacimiento de Nessie, ni se me hubiera pasado por la cabeza conciliar con los chupasangres. Ahora, casi se me hacía natural.

–Bueno, todos hemos cambiado con la llegada de Ness…–Comencé a decir, más en ese momento la puerta de mi cuarto se abrió y apareció Nessie.

–Hola princesita.–Saludé con una sonrisa boba y ella desvió la mirada. Estaba despeinada y algo sonrojada, además de somnolienta, más seguía siendo adorable.

–Hola Nessie – Le saludó acto seguido mi padre, simpático y levantó la mano alegre, la niña se restregó los ojos y observó a su alrededor desconcertada, seguidamente nos miró.

–Hola – dijo con un ahogado bostezo – ¿Esta es tu casa Jake?–Se interesó.

–Sí, ¿te gusta?–

–Es muy bonita, me gusta mucho – dijo admirando cada detalle y guardándolo en su prodigiosa mente. Desde su nacimiento la niña siempre había sido muy observadora, pero era en esos casos en los que se notaba más. Lo desconocido la maravillaba,

–¿Quieres ir a la playa?–Le pregunté, estando la playa en los terrenos de la Push era difícil por no decir imposible que sus padres la llevasen allí, más con el hecho de que cualquier vampiro parecería una bombilla de discoteca allá. En cambio ella, le encantaría seguro.

–Sí, sí, sí – respondió ella emocionada – ¿Me enseñarás a nadar?–Me preguntó aun más ilusionada, yo sonreí, claro que sí, y todo lo que quisiera.

–Claro que sí, voy a ser un profe estupendo – Aseguré presuntuoso, mi padre se rió.

–Ya, seguro – Bufó irónico y Nessie se rio con su maravillosa y musical risa, que hasta a él pareció encandilar. Ella salió corriendo a mi habitación, cogió su pequeña mochila y se encerró en mi cuarto, se estaría preparando para ir a la playa, ahora que lo pienso yo también tendría que hacerlo.

Nessie salió enseguida con un bañador rosa de flores, seguramente Alice se lo había comprado, era muy de su estilo, también llevaba un cubo y una pala a juego, estaba monísima.

Espérame aquí, que me pongo el bañador.–La avisé, me faltaba eso y unas cuantas cosas más. Ella asintió con la cabeza y se fue al sofá. 


Entré en mi cuarto cogiendo las cosas necesarias por el camino y metiéndolas en la mochila de playa. ¿Y ahora donde estaba el maldito bañador? Miré en uno, dos, y finalmente, todos los cajones y con mi maravillosa suerte estaba en el ultimo cajón que llegué a abrir. Refunfuñé y me lo puse. Cuando salí de la habitación, Nessie estaba hablando muy entretenida con mi padre.

–Ya estoy listo ¿nos vamos?–La avisé, ella levantó la cabeza y asintió casi saltando en el sitio, seguidamente echó a correr a junto de mí.

–¡Sí! – gritó ella mientras intentaba subirse encima mía a saltitos, terminé por agacharme y dejarla subirse a mis hombros, iba toda alegre y emocionada y aquello me alegraba mucho. Me encantaba que fuese feliz con tan poco.

–Pasároslo bien ¡y no os olvidéis de la crema solar! – Recomendó mi padre despidiéndose ella, yo asentí, lo llevaba todo en la mochila, protección y comida incluida.

–No te preocupes, la llevo en la mochila – respondí.

Salimos y Nessie se despidió de mi padre con la mano.




El día en la playa fue fantástico, Nessie aprendió a nadar con una facilidad asombrosa incluso buceó un poquito porque quería ver un pez que nadaba por su lado. Entre todos los chicos quileute hicimos un castillo de arena, aunque ella iba repasando todo lo que construíamos cosa que nos hizo muchísima gracia a todos, y hacia la noche entre todos preparamos una barbacoa así que Nessie conoció a todos los chicos. A Leah y a Emily, la cual ya estaba muy embarazada, cosa que le hizo muchísima ilusión a Nessie ya que nunca había visto a una mujer embarazada.

Hacia las diez de la noche, volvimos a casa, Nessie iba a dormir en mi cama y yo en el sofá.

–Jake, me han encantado tus amigos, son muy agradables.–Me dijo nada más entrar, ya se le había notado en toda la tarde. Se había divertido mucho, más era aun más agradable oírlo de su boca.

–¿A que sí?–Le confirmé con una sonrisa.– Mañana conocerás a Claire ¿Quieres?–Hoy no había podido estar, más Quill me había prometido traerla mañana. Era algo bueno ya que era una niña, al igual que Nessie, aunque mucho más pequeña. Y a Nessie le alegraría mucho jugar con ella.

–¡Claro que sí!– dijo ya bostezando, mientras se recostaba en la cama, le ayudé a taparse con la manta, por si acaso, aunque no hacía mucho frío.

–Anda duérmete, mañana será otro día.–Ella volvió a bostezar y asintió, seguidamente, me deseó

–Buenas noches Jake.–

–Buenas noches, princesa – dije dándole un beso en la frente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario